
Escoge una imagen, ponla en todo; mesa, baño, cama, techo, ventana, escritorio.
Has que la imagen sea sentida en todo el día, en cada momento. Cada día con diferente sabor. Has de tu casa la imagen, el tiempo quémalo.
Después escribe todo lo que se te ocurre al encontrártela. Escribe, detente y mírala; escribe y detente y mírala.
Si piensas que no puedes más que ya todo está dicho y que el raciocinio no sirve más, lee lo que has escrito. Lee en la noche, en el calor de un somnífero, en un sentido.
Finalmente reune todo, aprécialo y destrúyelo todo.
2 comentarios:
Mujer saliendo del Psicoanalista de Remedios Varo. 1961
¡que locura!
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